domingo, 19 de julio de 2009

¿Qué es de la vida de los primeros hombres que pisaron la luna hace 40 años?

Hoy se cumple un aniversario más de la hazaña. Dos de los astronautas optaron por una vida lejos de la fama, el tercero ha hecho todo lo contrario.

CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU. (AP).- A 40 años de la caminata lunar, Neil Armstrong sigue siendo un enigma, escapándole al candelero y negándose a dar entrevistas.

Michael Collins, que piloteaba la Apolo 11 mientras Armstrong y Buzz Aldrin exploraban la superficie lunar, también le escapa a los reflectores.

Aldrin, en cambio, parece estar en todos lados. Promociona desde radios hasta carteras de diseñador y firma copias de un nuevo libro que acaba de escribir.

Vistazo al rumbo que tomaron las vidas de los tres astronautas de la Apolo 11:

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Neil Armstrong, comandante de la nave, hace una vida tranquila, lejos de las luces, en su estado de Ohio.

No busca publicidad. De vez en cuando habla en actos públicos y es un orador sensato, extremadamente modesto.

“Sé que dicen que soy alguien que le escapa al candelero, pero desde mi perspectiva, no es así”, declaró en el 2001 en una entrevista para un proyecto de la NASA. “Aunque debo admitir que, desde otra perspectiva, ajena a mí, solo puedo aceptar menos del 1% de los pedidos que me hacen, de modo que esa gente piensa que no hago nada. Es algo que no puedo cambiar”.

Agregó: “En realidad, fuimos muy privilegiados de haber vivido en esa parcela de la historia en que cambiamos la imagen que el hombre tiene de sí mismo, de lo que podía ser y hacia dónde podía ir. Me siento agradecido de que hayamos podido ser parte de eso”.

El 5 de agosto cumplirá 79 años. Se fue de la NASA en 1971 y regresó a Ohio, donde sigue viviendo, cerca de Cincinnati. Fue profesor de ingeniería en la Universidad de Cincinnati y luego se dedicó a los negocios.

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Buzz Aldrin, el piloto del módulo lunar, acaba de publicar un libro, “Magnífica desolación” (Magnificent Desolation), en el que hace una descripción del paisaje lunar que vio cuando bajó por la escalerilla, detrás de Armstrong.

El libro habla de su vida tras la aventura lunar y de sus batallas contra la depresión y el alcoholismo.

Dice que no fue fácil “seguir adelante” después de la hazaña lunar. “Uno no sabe bien qué es lo que debería estar haciendo”.

Ahora, a los 79 años, vive en Los Angeles pero viaja mucho con su esposa Lois.

Luce en estupendo estado físico. En el 2002 le dio un puñetazo en la cara a un individuo mucho más grande y más joven, que lo molestaba y le insistía que jurase sobre la Biblia que había caminado en la Luna. (Hay gente que dice que la caminata fue un montaje y que se hizo en el desierto de Nevada). Sus amigos astronautas todavía se ríen de ese episodio.

Aldrin, el único de los tres con un doctorado, dejó la NASA en 1971 y regresó a la Fuerza Aérea. Escribió varios libros, incluidas obras de ficción sobre temas espaciales.

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Michael Collins, quien operó el módulo que orbitaba la Luna, escribió varios libros sobre el espacio, incluido “Carrying the Fire”, de 1974, considerado uno de los mejores libros de su tipo jamás escritos. No sorprende, dadas la elocuencia e inteligencia de Collins.

Igual que Armstrong, Collins, de 78 años, evita el candelero. Pero con motivo del aniversario distribuyó varias preguntas que le hacen con frecuencia, junto con las respuestas.

“¿Tenía el mejor asiento en la Apolo 11?”. Respuesta: “No”.

“¿Estaba satisfecho con su asiento?”. “Sí. Sin duda. Fue un honor”.

No se considera ni un héroe ni una celebridad, y dice que con los años se pone cada vez más gruñón.

“Hay muchos héroes y hay que admirarlos como tales, pero no creo que podamos contar a los astronautas entre ellos”, afirmó. “Trabajamos duro y cumplimos nuestra misión casi a la perfección, pero para eso nos contrataron”.

Dice que ha sido un hombre con mucha suerte.

“Generalmente, uno es demasiado joven o demasiado viejo para hacer lo que realmente quiere hacer, pero noten esto: Neil Armstrong nació en 1930, Buzz Aldrin en 1930 y Mike Collins en 1930. Nacimos en el momento justo. Sobrevivimos a carreras peligrosas y tuvimos éxito en ellas. Al menos en mi caso, hubo un 10% de planificación y un 90% de pura suerte. En mi lápida escriban “SUERTUDO””.

¿Tiene alguna revelación importante que hacer? “Sí, un montón, pero me las guardo para el 50mo” aniversario.

Collins se fue de la NASA en 1970 y fue el primer director del Museo Nacional de la Aeronáutica y el Espacio del Instituto Smithsoniano de Washington. Reparte su tiempo entre Boston y la Florida.

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