Sin embargo, otros astrónomos disienten con las conclusiones de un nuevo estudio. Creen que la Luna tiene realmente los 4.600 millones de años que se le calcularon hace tiempo.
Sea como fuere, el nuevo análisis de una importante roca lunar extraída por la misión del Apolo 16 indica que todavía no hay certeza sobre la edad y los orígenes del satélite de la Tierra, pese a que los científicos creían saberlo a ciencia cierta desde hacía una a dos décadas.
“No es tan antigua como suponíamos”, afirmó el autor central del estudio Lars Borg, geoquímico en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. Su estudio aparece el miércoles en el sitio en línea de la revista Nature. Con técnicas nuevas e isótopos radiactivos de plomo y otros elementos, se ha calculado la edad de la roca lunar en 4.400 millones de años.
Lo que hace especial este espécimen es que debe haber ascendido a la corteza lunar poco antes después de que se enfrió su océano de roca fundida. Se conjetura que eso sucedió poco después de que la Luna se formó como resultado de un choque cataclísmico entre la Tierra y un planeta. El material que se desprendió, dice la teoría, formó nuestro satélite.
Eso significa que hay dos posibilidades, afirmó Borg: o bien la Luna tiene 200 millones de años menos de lo que se suponía, o la teoría aceptada de un océano de roca fundida en la Luna está equivocada, precisó.
Borg admite que algunas rocas lunares han sido fechadas en una antigüedad de casi 4.600 millones de años, pero esas conclusiones podrían ser erróneas debido a las técnicas menos precisas utilizadas anteriormente, aventuró.
Otros científicos opinan que Borg hizo un buen trabajo para fundamentar su cálculo sobre la edad de la roca, pero que podría haber llegado a una conclusión apresurada sobre la edad o el origen de la Luna.
Dicen que es posible que la roca se haya formado cuando la Luna fue bombardeada por los escombros espaciales que eran mucho más frecuentes hace algunos miles de millones de años.
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